Existe algo mágico que me invade por las madrugadas, puede ser que sea solo el hecho de tener un horario desordenado respecto a mis hábitos del sueño o también que las musas solo deciden visitarme de noche.
Pero la realidad des que durante la última semana he sufrido de un insomnio crónico y perverso que me ha mantenido hasta las cinco de la mañana dibujando, escribiendo o revisando mis correos; esta es una condición cada vez más frecuente de nuestra sociedad virtual y la misma me llevo a una pequeña reflexión.
¿Por qué hoy en día nos resulta mucho más interesante estar conectados el mayor tiempo posible desde cualquier medio con nuestra “comunidad virtual”? una respuesta que me salto de primera instancia fue: para estar conectado; el problema es ¿Con quién estoy conectado?
Ahora la ficción a la que podemos estar expuestos es inconfundible, vivir en un mundo donde la los contactos que puedes tener se catalogan por comodidad como “amigos” deja mucho que pensar respecto al valor de la definición de esa palabra.
En más de una ocasión el termino solo se usa como referencia pero nunca llegamos realmente a entablar una verdadera amistad con las personas que están detrás de una cuenta de usuario y mucho menos llegamos a formar una parte esencial dentro de la vida de estas personas.
Así que, la razón por la que nos conectamos durante el mayor tiempo posible deja de ser las relaciones humanas que podemos generar y el vinculo importante que nos da la fraternidad; en lo personal puedo contar a poco más de diez personas con las que mantengo contacto por Internet a las que me gusta clasificar como amigos y en solo un caso conocí a esta persona por medio de una red social.
Y entonces me vino la siguiente reflexión ¿Qué es lo que los seres humanos buscamos al participar en los nuevos proyectos masivos de comunicación e interacción que se nos presentan? Algunos responderían que cierta calidad o tipo de fama, otros dirán que estar en contacto.
Pero la realidad es que por más que queramos pensar que estamos dejando huella en el mundo al mantenernos “en contacto” con nuestros “amigos” solo somos (y cito) “no somos más que pixeles en un servidor en algunas ocasiones a varios miles de kilómetros de distancia de nosotros” –Marco Elguezabal Hijo-
Y pensando en está filosofía, creo que entonces las personas que convivimos y nos hemos dejado atrapar por la virtualidad, ahora podemos decir que sufrimos de una nueva clase de intrascendencia; las cuentas de usuario en los correos electrónicos, en las redes sociales y en las salas de chat o los mensajeros instantáneos son cerradas si el usuario no interactúa con ellas después de cierto periodo considerable de tiempo. Así que ¿En donde está nuestra verdadera trascendencia al contribuir al espacio virtual en el que no podemos dejar una evidencia de nosotros más allá de las los “bites” de información que “compartimos”?
En esta mística, me quedo pensando si ¿mis pensamientos serán leídos o recordados? No lo se, pero mientras encuentro una manera más trascendental de hacerme recordar siempre tendré forma de seguir compartiéndome.
20091018
Viviendo emocionalmente de la virtualidad
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1 opiniones de otros:
Lo que nos mantiene vivos es la búsqueda y la curiosidad... Los amigos son accidentes que nos encuentran por la vida...
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