20091007

Atormentado por la palabra efímera

Existen frases que vienen y van y sabios que las pronuncian como recetas de cocina esperando que en la reflexión personal de cada persona que es expuesta a esta respuesta trascendental se cocine algo maravillosamente mágico y profundo.

Pero estas maravillosas ideas e inigualables comparaciones o más bien, expresiones de poesía iluminada no disponen de un método general para todos o de una aplicación sencilla para el total de la población que esta expuesta a ellas.

La comercialización de los textos de autosuperación personal en el mundo de hoy en día donde se occidentalizan los preceptos y conceptos orientales como la meditación o la yoga, generan en el individuo común pequeños periodos de bienestar, que si bien, están relacionados con el hecho de una verdadera exploración y reflexión personal pueden llegar a ser tan adictivos y destructivos como las drogas o el alcohol.

Al contrario de las recetas de cocina un proceso introspectivo no puede aplicarse de la misma manera, con la misma evolución y el mismo método a todas las personas; una de las grandes fallas de creer en los libros de superación personal que son “Best Sellers” en el mundo occidental es el hecho de que el lector promedio de estos vive esperando a que la respuesta de una vida feliz venga de las palabras de un autor que no lo conoce.

Así como cada persona tiene una capacidad única de entender, percibir y reflexionar sobre el mundo de una manera SUBJETIVA!!! Cada método de acercamiento e introspección debe de ser propio, sin interferencia de conceptos o soluciones ajenas a las que uno mismo puede llegar a generar.

La constante de la modernidad del “hágalo usted mismo” ha sido enfocada de igual manera a las disciplinas que se practican desde hace siglos en oriente, de tal manera que cada día nos enfrentamos a un ejercito cada vez mayor de instructores y no maestros de la sabiduría y la filosofía, los cuales solo reproducen una serie de instrucciones y practicas generales de una forma de vida que no han llegado a comprender en su totalidad.

La comercialización de estas disciplinas y la adaptación a oferta y demanda de una cultura consumista constituyen un falso camino para la introspección y la realización tanto personal como profesional; al mismo tiempo que colocan obstáculos para la determinación de la meditación y el análisis reflexivo de las posturas y las experiencias que se viven todos los días.

El método occidental.

Al adaptar los procesos y métodos de los verdaderos maestros de su arte, no solo se corrompe lo más esencial de estas disciplinas, también genera que los practicantes ingenuos o los que recién descubren que existe un método para una practica singular, son expuestos a conceptos corruptos o desvirtuados de su idea original y genera una idea errónea o una falsa confianza en su capacidad de autoayudarse y ayudar a los demás.

La practica continua de una condición de “sabio” o de “guru” en la cual, toda persona que asiste a clases de Reiki, meditación, yoga Kundalini u otro tipo de experiencia similar en la que creen que obtienen las formulas de la felicidad y la realización personal a partir de la cual se sienten capaces de conectarse y de resolver todas las dudas y las preocupaciones de sus conocidos y amigos.

Por el contrario de la creencia de estos alumnos o asistentes a este tipo de clases, la creencia personal de que se posee la capacidad para analizar y enfrentar el sin fin de situaciones y complejidades que cada persona sobrelleva en su vida, la realidad es que las respuestas no provienen de las palabras de alguien más, una practica continua para dedicarse a uno mismo mientras se valora y se analiza cada punto o cada parte de uno como persona y se lleva a generar la capacidad de esos momentos en los que uno se encuentra inmejorablemente tranquilo, son una cualidad única que es lo que debe de ser logrado a través de la meditación y la reflexión.

Haciendo uso del manejo del mercado y de la aceptación de las “recetas” para una vida feliz; muchos autores contemporáneos buscan la aceptación de sus textos como fuente única de la sabiduría popular y la aceptación pública en la cual sean reconocidos por mostrar el camino correcto a los miembros de una sociedad perdida y abandonada al consumismo y carentes de fe.

El peligro real de las practicas sin supervisión por parte de instructores amateurs, es que eventualmente el camino llega a un callejón sin salida en el cual el individuo se enfrenta al verdadero problema de la soledad personal, acompañada de dudas y de más cuestionamientos prácticos que enseñanzas virtuales y de la realidad sustantiva si no en lo etéreo de la probabilidad mística.

Enfrentándose en muchas ocasiones a posibles curas y respuestas que no dejan nada en claro y que difunden a su vez de más dudas que las que la persona tenía antes de iniciar el proceso de “entrenamiento” espiritual y de formación metódica.

Entrar en el detalle sobre cada una de las prácticas que conllevaría este argumento de estudio y crítica dentro de la nuevas propuestas de llevar una espiritualidad sana, sería explicar al detalle los fallos de cada uno de los cursos que se pueden tomar en la actualidad y al mismo tiempo sería desacreditar a las culturas milenarias y a las disciplinas ancestrales que poseen una historia y un respaldo real de su filosofía.

Por el contrario, no pienso que la meditación y las disciplinas orientales sean una farsa, realmente considero que son una postura y un estilo de vida que no pueden ser tomados a la ligera ni como cursos de tres veces por semana o como ejercicio, el Zen, el Tao, el Kundalini y el Reiki. Poseen un significado, una cultura y una tradición la cual debe de ser respetada, valorada y apropiada en el mejor de los casos con una óptica que debe de ser prudente y respetuosa.

Un camino de educación y cultura, de práctica y disciplina no puede ser tomado como actividad favorita de recreación o de ejercicio, es un estilo de vida una filosofía particular y una cosmovisión que no puede ser resumidas en un libro o en una serie de clases dos veces por semana.

Al final se trata de que cada quién pueda ser dueño de su propio desarrollo y respetar tanto nuestras decisiones como las decisiones de los demás.

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