Durante mucho tiempo hemos leído o escuchado de personas que sacrifican su vida para el bien de la mayoría, siempre son homenajeados y recordados como grandes personas, virtuosos ciudadanos y ejemplo de la comunidad; pero ¿Cuántas veces tenemos la oportunidad de conocer a una de estas personas y de tratarlas? Conocer a sus familias, a sus amigos o a sus compañeros de trabajo. Siempre son recordados como héroes anónimos dentro del sin fin de calamidades que pueden sucederse dentro de “el cumplimiento del deber”.
En un mundo caótico y lleno de violencia, de crimen y de porquería, todavía me gusta creer que existen personas que trabajan para el bien de la comunidad y no lo hacen por el pago, por qué, si nos ponemos estrictos, este pago nunca es suficiente para el hecho de arriesgar la vida para que los demás podamos dormir tranquilos. Cada quien tiene su trabajo y cada persona tiene una facultad única para la que está diseñado y representa cierto valor en la existencia, ratificarnos y hacernos presentes en los momentos que somos más valiosos para la vida de los demás nos convierte en personas importantes, no es el hecho de tener un cargo o un puesto de extrema importancia ser una persona dedicada con esmero al trabajo que desempeñamos es lo que no hace valiosos y personas de bien.
Pocos pueden decir que han podido conocer a una persona que sea de importancia y la verdad es que me da orgullo decir que yo si conocí uno, el día de hoy a las 2:30am en su casa mi amigo el comandante Edgar Millan fue muerto a tiros por tres personas que lo emboscaron desde la azotea de su casa; claro que esto lo pueden leer en las noticias y saber de él, su perfil, su carrera y el cargo que tenía, pero que no pueden leer en ningún otro lugar es como era como persona. Mi amigo era alegre, bromista, excelente persona, honesto y tenía una manía indecorosa por comer a deshoras; mas de alguna vez cuando se pasaba por la oficina me pedía que le consiguiera algo de comer por qué no había comido y tenía que esperar a que lo atendieran.
Siempre fue atento, siempre fue cordial, pocas veces lo vi molesto por qué las cosas no le salieran. No era el tipo de jefes de las instituciones del estado que uno conoce Edgar siempre atendió el teléfono y nunca se rehusó a tomar una llamada, me atendía con paciencia y siempre en la medida de lo posible resolvía las cosas que le pedían en una palabra Edgar siempre fue eficiente, siempre colaboro y siempre resolvió todo lo que tenía que hacer para mí fue un policía ejemplar una de esas personas de las que hay que tomar ejemplo y seguir siempre adelante con la mirada al frente para no dejarse caer hasta que a uno lo tiren.
Recuerdo una vez que por su culpa me regañaron, habíamos ido de viaje a San Luis y a mí me tocaba regresarme en un avión comercial y no en el avión de los jefes, pues Millan decidió que yo no tenía por que volar con los demás y literalmente me obligo a subirme al avión para después enfrentarme al regaño de mi jefe por que no había hecho caso a sus instrucciones, ese día recuerdo que bromeamos diciendo que en caso de que mi jefe decidiera correrme por la insubordinación el me daría trabajo, todo el tiempo tenía la desfachatez de seguirme diciendo que si no iba a ir a los viajes con los jefes que él me invitaba y me volvería a subir al avión y no le importaba a quien o quienes molestara está actitud, además de que si por alguna razón me quedaba sin trabajo usaba siempre esta frase “Ay ingeniero, si usted podría estar tan bien allá conmigo con plaza de director, coche asignado y hasta con escolta, nada más que usted es muy pinche fiel al jefe Patiño” esta frase resume la manera en la que Edgar le gustaba ver la vida, siempre poniéndole la cara a las adversidades y siempre con una sonrisa. Realmente es de las mejores personas y de las mas valiosas que han estado y estarán al frente de la seguridad del país y esto además de dolerme a mi como su amigo me duele como ciudadano.
“Descanse en Paz con el honor del deber cumplido, Edgar Eusebio Millan Gomez” –Comunicado de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, jueves 8 de mayo de 2008-
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