20091228

Con la luna en la azotea

Lloro durante el paso de la luna que me mantiene en su blanquecina oscuridad, la plata que recubre mi camino mientras avanzo con un paso decisivo sobre las piedras del vendaval que se aproxima a la capital. No dudo de ti o de tus razones pues muy tuyas han de ser y este motivo aunque también es mio solo es compartido en la desdicha de los dos; mi andar es lento y caprichoso a los pasos de mis manos que en las piedras del pedregal avanzan sobre los obstáculos; vigilo de cerca tu sombra, ella es traicionera y de día se escapa con cualquiera que pueda verla, mala mujer de los rincones y señora y dama de los salones de fiestas y reuniones.

En el cantar del viento me encuentro vigilándote por el marco que deja entre ver tu mirada cuando no me miras y me esperas con la respiración constante mientras mantienes los ojos puestos en el camino para preguntarte si deberíamos seguir o parar en el siguiente recodo, aun es muy temprano para darnos por vencido pero tu llevas encima la carga de toda la historia que nos viene ocurriendo; después de todos estos años aún no comprendo por que me mantienes a tu lado.

Nunca me presentaste como tu acompañante, tu amigo o tu mozo, siempre fui una escusa o un accesorio más dentro de los contornos de tus vestidos, tus joyas o tus zapatos como si fuera una parte de ti que quisieras ignorar o que pensaras que podrías haber dejado de lado si solo te lo hubieran permitido, durante el cálculo de los días fuiste perdiendo la fe de alguna vez perderme o librarte de mi y en la lucha contigo misma decidiste dejarte vencer, pero hoy es muy temprano para dejarte vencer todavía no es tiempo.

Vivimos y dependemos de la vanidad de los demás, de los señores de sociedad y alguna que otra migaja de pan que me dejan robarte cuando no miran, ser el complemento de tu espectro es tarea fácil para alguien como yo, ya aprendí a mezclarme a no dejarme ver y estarme calladito en un rincón mientras te mueves y te paseas ¿te acuerdas de ese día en Bellas Artes?

Estabas sentada esperando a que pasará el coche por ti fumando uno de esos cigarros que me daban risa siempre que los miraba, ese señor se te acerco para preguntarte tu nombre pero tu lo ignoraste permitiendo que me acercara a él, no me gusta que te hablen para que les contestes llevándotelos a la casa, nunca me ha gustado y siempre lo haces ¿por qué? ¿qué ves en ellos? Tu escape, tu puerta para ser libre para poder regresarme a donde me encontraste.

Pero la tristeza es la otra compañera del viaje ¿verdad? Siempre está con nosotros y nunca te ha dejado, recuerdo esa vez en la plaza de sur, no se como se llamaba pero estabas tan risueña tomando con aquel señor también, buscaste algo dentro del bolso blanco ese que te regalo Manuel antes de irnos y después lo dejaste de buscar, creo que te diste cuenta de que estaba ahí y no querías que viera lo que no encontraste.

Es difícil buscar algo que no haz perdido, pero creo que es más difícil encontrar algo que no buscas, en verdad no me importa que me busques pues estoy seguro que siempre fallarás para encontrarme, por que yo estoy contigo no me haz dejado ir, pero no entiendo porque como aquella vez en el estacionamiento.

Saliste corriendo por las puertas, yo iba detrás agarrándome el sombrero para que no se fuera a volar con el viento, pude ver como tirabas algo al piso que no quise recoger tal vez por que no me importaba o tal vez por que no sabía lo que era pero recuerdo bien que te giraste para gritarme, pero no me acuerdo que me gritaste, no importó se que querías que me fuera y por un momento me fui, no muy lejos solo así cerquita de ti para que lo pensarás mejor, me espere un buen rato a que dejaras de llorar no me gusta que llores.

Creo que ya casi llegamos, veo que estas buscando algo otra vez ¿qué es ahora? Oh, eso, hace mucho que no venias aquí, antes de que me mantuvieras contigo, antes de que quisieras que me quedará ¿por qué me quede tanto tiempo? Bueno eso solo lo puedes responder tu, creo que a lo mejor ya es hora de que me vaya, si ya ¿qué es eso que tienes en la mano? pastillas para dormir ¿qué quieres hacer con eso? Ah ya veo, quieres dejarme ir, si, es buena idea yo también estoy cansado de seguirte todo el tiempo.

Mientras tu te acuestas sobre la piedra déjame voltearme, ya te dije que no me gusta verte llorando, si, la mejor manera de librarte de mi hubiera sido que lograras olvidarme, después de todo solo soy un recuerdo que te ha perseguido estos años, buenas noches, aunque no creo que despiertes…